sábado, 15 de septiembre de 2012

La extrema derecha chilena todavía insulta a Salvador Allende

Parece mentira pero es una tristísima realidad: una parte de la derecha autóctona parece que no solo no está a favor de la reconciliación de los chilenos, sino que ni siquiera parece aceptar la idea del reencuentro como fase previa. Cuando Michelle Bachelet era ministra de defensa, allá por el 2003, reflexionaba en una entrevista en el diario El Mercurio   --con motivo del 30 anuversario del Golpe militar-- a propósito de la necesidad de trabajar conjuntamente por el reencuentro de sus compatriotas. Una tarea en absoluto sencilla, porque se trata de una sociedad fragmentada por una traumatismo tan fuerte como fue la dictadura militar encabezada por el general Pinochet. Todavía hoy, treinta y nueve años después del suicidio del Dr. Allende en un Palacio de la Moneda sitiado por las tropas golpistas, un diputado de la ultraderecha ha insultado públicamente la memoria del presidente socialista. La noticia ha sido, claro, ampliamente recogida en los medios: "Al inicio de la sesión de este martes en la Cámara de Diputados, el diputado René Alinco (Ind) solicitó realizar un minuto de silencio en memoria de las víctimas y del fallecido Presidente Allende, petición que fue acogida por el presidente de la Cámara, Nicolás Monckeberg (RN). Sin embargo, el momento fue interrumpido por el diputado Urrutia, quien cuestionó la decisión. "¿A los cobardes que se suicidaron ese día también le vamos a rendir homenaje? ¿Al cobarde que se suicidó ese día también? No puedo creerlo, presidente", manifestó el parlamentario de la UDI".  Parece mentira pero es una tristísima realidad.


miércoles, 5 de septiembre de 2012

Militares chilenos espiaron a la izquierda desde antes del golpe de 1973


 Los militares chilenos espiaron a los partidos y grupos de izquierda desde antes del golpe que Augusto Pinochet encabezó en 1973 para derrocar al gobierno de Salvador Allende, según consta en documentos confidenciales a los que Efe ha tenido acceso.

Se trata de unos 1.500 escritos que la DINA y otros organismos represivos entregaron en 1974 a la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE), según los cuales los partidos de izquierda fueron infiltrados por los militares durante el gobierno de Allende (1970-1973).

También los documentos dan cuenta de acciones represivas posteriores al golpe y revelan que los militares se infiltraron en la labor de las iglesias cristianas en favor de las víctimas de la dictadura.